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martes, 24 de abril de 2012

23 de Abril: Día del libro

EL FOMENTO DE LA LECTURA
La familia desempeña un papel fundamental en el fomento del hábito lector de los menores.


 

 ¿Por qué algunos niños leen mucho y otros tan poco? La respuesta a esta pregunta no está siempre entre las cuatro paredes del aula escolar. Aunque dentro de ellas se aprende la técnica, el hábito -que es lo importante- se adquiere en el hogar. Los padres, con su actitud y motivación, pueden lograr que los hijos aprendan a amar la lectura y a incluirla dentro de sus actividades preferidas de ocio.

  ¿Cómo estimular la lectura en los niños? 

"Si tu lees, ellos leen". Efectivamente, por mimetismo los hijos tienden a copiar las actividades realizadas por los padres y es mucho más probable que un niño criado en un hogar donde la lectura sea una actividad cotidiana adquiera más fácilmente el hábito de lectura que otro criado en un hogar donde no se lea con demasiada frecuencia.Pero, lógicamente, no todos los progenitores son unos ávidos lectores y esto no significa que tengan la batalla perdida, ni mucho menos: siempre que exista interés y disposición por fomentar que sus hijos lean y comprendan la importancia que esta actividad tendrá en su futuro, podrán lograr con muchas de sus acciones diarias que los menores incluyan la lectura dentro de sus actividades favoritas. 

Consejos que invitan a leer 

Empezar desde pequeño: Leer con ellos es la principal actividad que los padres deben realizar en estas edades, crear un momento especial de lectura al día, en un lugar tranquilo, ayudará a que el niño asocie el hecho de leer a un acto placentero, en el que su padre o madre está por completo dedicado a él; asimismo, el niño, gracias a estas lecturas, comenzará a asociar los sonidos con las palabras, ampliará su vocabulario, en definitiva, adquirirá unas habilidades previas que hará que el posterior proceso de aprendizaje de la lectura sea más fácil. 

Regalar libros: Regalar un libro a un niño, de la misma manera que se regala cualquier otro juego o juguete, incluso darle la categoría de regalo especial, por ejemplo haciendo que regale él libros a sus amigos en sus cumpleaños, ayudará a que los pequeños identifiquen los libros como algo valioso e importante; asimismo, es conveniente llevarlo con frecuencia a una librería, para que elija los que más le gustan, para que vea como se renuevan los títulos y pueda esperar con ansía el momento de recibirlos. 

Enseñarle la utilidad de la lectura: Además de ser una actividad placentera y de ocio, los niños deben conocer que la lectura es también una fuente de conocimiento; una de las mejores ocasiones para demostrárselo es buscando en los libros las respuestas a muchas de las múltiples dudas y preguntas que diariamente plantean a sus padres; leerle el significado de una palabra en un diccionario o enseñarle una fotografía en un libro de aquello que desconoce hará comprender al niño la utilidad de los libros. Por otra parte, cuando el niño muestre un interés significativo por un tema concreto, los padres también pueden buscar en la biblioteca o comprar un libro relacionado con ese tema, de modo que el pequeño sepa que gracias a los libros puede ampliar sus conocimientos sobre aquello que le interesa. 

No obligarle a leer: Lo importante no es conseguir que el niño lea, el logro es que quiera leer y para eso hay que darle la libertad de elegir hacerlo o no; el papel de los padres en este sentido debe ser fomentar el interés hacia la lectura con pasos y actividades como los que se han mencionado anteriormente. Sólo de este modo se logrará que el día de mañana cuando la lectura de una obra se acerque al final, el niño en vez de alegrarse por terminar el libro se lamente de que la diversión se acaba. 

  La lectura en los actos cotidianos

La palabra leer no tiene por qué estar asociada necesariamente a un libro. Si nos paramos a pensar, leer es un acto cotidiano que realizamos cientos de veces al día, incluso sin darnos cuenta; leemos los rótulos de las tiendas, las etiquetas de los productos en el supermercado, un mail, una carta del banco o una simple placa en la calle; ¿por qué no aprovechar estos pequeños actos de lectura para habituar a los niños a ella?, así podrán alcanzar a comprender de la manera más práctica posible la utilidad que tiene la lectura en la vida cotidiana y la importancia de ésta en el transcurso del día a día.

 

 

1 comentario:

  1. Es verdad, Silvia, a veces se piensa que los profesores en el colegio son los responsables de toda la educación de nuestros hijos y no nos damos cuenta que el ejemplo es FUNDAMENTAL para ellos.
    Gracias por los consejos.
    http://www.qcomeshoy.blogspot.com.es/

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